JUVENTUD Y PSICOANALISIS

En esta nueva era de las tecnologías, en la que todo es lógica,  en la que hay una  respuesta rápida para todo, con un  discurso científico que  genera “certezas”, en un momento en que todo lo que antes era privado, íntimo, ahora es público.

Los jóvenes soportan con dificultad cualquier tipo  esfuerzo, sacrificio,  frustración, sufrimiento o postergación. Tampoco  se reprime la violencia, lo incestuoso. Sus síntomas, como palabras atrapadas en una telaraña,  se clasifican y se encuadran en un diagnóstico en el que “yo soy…”

Podríamos pensar que a los jóvenes  se les está dañando  por la falta de  metáfora.

Hasta ahora el psicoanálisis ha producido cambios en el sujeto, en el uno a uno, pero tenemos una gran dificultad para  ir más allá ¿Tenemos los psicoanalistas un papel en intentar deshacer todas esos desarreglos?, ¿Puede el psicoanálisis transmitir  algo de lo que no puede ser dicho desde una óptica menos personal?

No sé si una interpretación puede cambiar el mundo, pero si es importante  hacer escuchar un punto de vista diferente, evidenciar la inconsistencia,  plantear preguntas,  abrir un espacio para la sorpresa,  para pensar, cuestionar, introducir el sin-sentido,  la duda; todo esto  para que luego se pueda empezar a producir algo.

¿No será, como decía Serge Sabinus , introducir algo del registro de la poesía en la sociedad?

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